«El Gobierno deposita el dinero a cuentagotas»

08 de mayo de 2019 

Entrevista a la bióloga molecular que fue a «¿Quién quiere ser millonario?»

Marina Simian fue anoche al programa de preguntas y respuestas en busca de fondos para continuar con su investigación de tratamientos contra el cáncer. «Estamos muy cortos de plata para trabajar», explica la científica del Conicet y asegura que los 500 mil pesos que ganó son «una ayuda que oxigena pero no alcanzará por mucho tiempo».

Por Pablo Esteban

“Todo lo que gané va a ser empleado en la compra de insumos para el proyecto de investigación. Estamos muy cortos de plata para trabajar, tengo un subsidio grande ganado y el gobierno deposita el dinero a cuentagotas. Lo concursé en 2016, lo obtuve en 2017 y empezamos a cobrar el año pasado, pero nos vienen pagando de modo discontinuo. Debería obtener unos 320 mil pesos al año y nos mandan la mitad. Es todo muy difícil, tengo 5 becarios que necesitan trabajar”, señala Marina Simian, la bióloga molecular del Conicet que de día desarrolla tratamientos contra el cáncer y de noche asiste a programas televisivos para obtener el dinero negado por el Estado.

La científica, que trabaja en el Instituto de Nanosistemas y en la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de San Martín, asistió junto a miembros de todo su equipo al programa prime time de Telefé ¿Quién quiere ser millonario?. “Mis becarios me comentaron que habían visto a otro colega que había ganado 180 mil pesos en el programa de Del Moro y me preguntaron si me animaba. La verdad es que no miro tele, solo escucho radio, así que tuve que hacer una especie de curso acelerado para no pasar vergüenza. Me presenté y a los pocos días me llamaron para que participe. Fue muy estresante, los científicos no estamos acostumbrados a tanta exposición”, narra Simian sobre el detrás de escena

Simian se especializa en el desarrollo de terapias para el cáncer de mama mediante el uso combinado de drogas tradicionales y nanotecnología. Es doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Berkeley, corre maratones y tiene tres hijos adolescentes. Sus compañeros la escogieron como representante del grupo por su “carácter y empuje”, y como frutilla del postre, además, le fue bien.

«Me anoté de valiente y porque me pareció una oportunidad. Pueden venir cuando quieran a ver el trabajo que hacemos. La verdad es que me emocioné porque nuestra actualidad está muy difícil y una le pone mucho. Es mucho esfuerzo el que hacemos», apunta. Los 500 mil pesos que ganó ayudan pero no alcanzan para salvar sus líneas de trabajo por años. “Es una ayuda que oxigena pero no alcanzará por mucho tiempo. Puedo salvar el año, al menos. Los insumos (medios de cultivo, anticuerpos) están dolarizados y con la devaluación la compra se ha convertido en todo una aventura. Comprarlos en Argentina sale tres o cuatro veces más que lo que cuestan afuera”, dice.

En el concurso, estuvo muy cerca de conseguir el premio mayor (2 millones de pesos). “La primera pregunta fue con qué pasta se asocia a aquellas personas que no trabajan. Fue durísimo, sobre todo, porque hay mucha gente desinformada que cree que los científicos somos ñoquis, parecía a propósito”, admite.

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Fuente: Pagina12.com.ar