Sicarios acribillaron a tres hombres dentro de un auto en Rosario

ROSARIO.-  Un triple crimen con el sello mafioso y ligado a la trama de Los Monos se produjo esta tarde en Granadero Baigorria, ciudad vecina a Rosario: las víctimas fueron ejecutadas y sus cuerpos quedaron, ensangrentados, dentro de un Chevrolet Corsa. Una de las víctimas pertenecía a la banda de los Cantero y estaba prófugo de la Justicia federal desde octubre pasado, acusado de haber tramado secuestros extorsivos con Máximo Ariel Cantero, alias Guille», que operaba desde la cárcel, donde sigue después de haber sido condenado, la semana pasada, a 22 años de cárcel por asociación ilícita y el homicidio de Diego Demarre.

La violencia recrudeció en esta ciudad durante 2018 -hubo 73 asesinatos-, especialmente en abril. En 16 días de este mes se produjeron 20 homicidios.

Una de las víctimas del triple crimen es Ezequiel Fernández, alias Parásito, que era buscado desde octubre, cuando el titular de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese), Santiago Marquevich, pidió que se allanara la cárcel de Coronda, donde el líder de Los Monos tramaba secuestros extorsivos desde su celda.

Parásito era el brazo ejecutor desde fuera de la cárcel. Contaba con un arsenal, armas largas y chalecos antibala. Fernández se fugó, aunque entonces fue detenido su hermano Nahuel, que habría formado parte de la banda y era quien guardaba las armas en su casa.

Junto a Fernández, dentro del Corsa terminaron muertos José Fernández y Gerardo Abregú. Poco después de las 16, un auto clavó los frenos frente al coche que estaba estacionado en Liniers al 2000, detrás del hospital Eva Perón. Allí los sicarios acribillaron a los tres hombres y huyeron a toda velocidad.

«Escuchamos como 20 disparos y salimos a la calle, y vimos a esas personas muertas dentro de un auto», dijo, conmocionada por la escena del crimen, una vecina que contó que las víctimas alquilaban una vivienda en la zona desde hacía unos cuatro meses.

El fiscal Florentino Malaponte, de la Unidad de Homicidios Dolosos de Rosario, había advertido unas horas antes su «preocupación» por el incremento de la violencia en Rosario. En las últimas 48 horas se produjeron siete asesinatos.

«En las últimas tres semanas se viene repitiendo un número de homicidios que es un poco más elevado que el que se venía registrando los últimos dos meses», sostuvo Malaponte.

El triple crimen estaría ligado a la trama narcocriminal, según advirtieron los investigadores, luego de que surgieran algunos testimonios de vecinos de la zona que señalaron que en la casa donde vivían las víctimas se vendía droga.

Horas antes de esos homicidios, esta misma madrugada, un joven de 27 años falleció tras recibir un disparo en su vivienda ubicada en Palpa al 3800, en el barrio Acindar, en la zona sur de Rosario. Según el relato de su novia, quiso impedir que dos sujetos ingresaran a robar en esa casa. Uno de los asaltantes comenzó a disparar y un tiro impactó en el tórax de Víctor Maidana, que falleció unas horas después en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

Ayer a la madrugada fue asesinado de un tiro en la espalda Maximiliano Acosta, de 27 años, en Centeno y Pueyrredón, también en la zona sur de la ciudad.

Ese mismo día se produjo un femicidio que le costó la vida Daniela Olivera, de 31 años; tras haber participado de una fiesta, su pareja la golpeó y luego la apuñaló en la zona de Sánchez de Loria al 1300 bis, en el sur rosarino. El atacante fue detenido y quedó con prisión preventiva.

También domingo un hombre de 31 años murió tras ser baleado por su primo durante una discusión en una vivienda de Villa Gobernador Gálvez. La víctima fue identificada como Fernando Robay, de 31 años.

El viernes fue ejecutado de más de 30 balazos Alan Ezequiel Pedraza, un joven de 21 años que había salido de su casa para ir a la cancha de Rosario Central el jueves y nunca regresó. A su familia le llegó un mensaje que decía: «Andá a llevarle flores». El cuerpo del joven fue encontrado en camino rural de Ibarlucea, localidad vecina a Rosario, con 34 impactos de bala.

Ese día fue acribillado en el barrio La Tablada -uno de los más calientes del sur rosarino- Carlos Armanino, ejecutado por dos jóvenes que se movilizaban en una Honda Tornado negra. Desde una moto le dispararon a Armanino, que murió por impactos de bala en el cráneo, el cuello, el tórax y los brazos. El tío de la víctima, Norberto Armanino, ex integrante de la barra de Rosario Central, había sido asesinado a balazos el 11 de mayo de 2011 en esa misma zona.

 

Fuente: La Nación